Ballena franca austral en Argentina: cuándo y dónde verlas en su hábitat natural

10 July 2025

El avistaje de ballenas en Argentina es una de las actividades de ecoturismo más impactantes de Sudamérica. En esta nota, todo sobre la ballena franca austral y cuándo verla en Argentina. 

Cada año, la ballena franca austral (Eubalaena australis) llega a las costas de la Península Valdés, en la provincia de Chubut, Argentina, para reproducirse, parir y cuidar a sus crías. Esta migración de ballenas comienza a fines de mayo y se extiende hasta mediados de diciembre, y convierte a la región en uno de los destinos más reconocidos para el whale watching en Argentina.



Ballena franca austral: una especie icónica del Atlántico Sur


La ballena franca austral es una de las especies más emblemáticas del hemisferio sur. Puede alcanzar hasta 16 metros de longitud y pesar alrededor de 50 toneladas. Su cuerpo macizo y oscuro, sin aleta dorsal, se distingue fácilmente por las callosidades en su cabeza, que son únicas en cada ejemplar y permiten su identificación. Las hembras, más grandes que los machos, dan a luz una sola cría cada tres años aproximadamente.


Esta especie estuvo al borde de la extinción debido a la caza comercial entre los siglos XIX y XX. Desde entonces, su población se ha recuperado de manera notable en aguas argentinas, especialmente en los golfos Nuevo y San José. Según investigaciones científicas, las ballenas francas utilizan estas zonas como áreas de cría desde hace más de 1.000 años, aprovechando las aguas calmas y poco profundas para el desarrollo de los ballenatos.



La mejor época para el avistaje de ballenas en la Patagonia


La temporada oficial de ballenas en Península Valdés se desarrolla entre junio y diciembre. Sin embargo, el ciclo comienza hacia fines de mayo, con la llegada de los primeros ejemplares a los golfos Nuevo y San José. Durante julio y agosto, es común ver a las madres nadando junto a sus crías en aguas cercanas a la costa. Estos meses son ideales para el avistaje desde tierra firme.


A medida que se acerca la primavera, la actividad se intensifica. En septiembre y octubre se observa una mayor interacción entre los ejemplares: saltos, vocalizaciones y juegos entre ballenatos. Estos meses coinciden con condiciones meteorológicas más favorables y constituyen el período más recomendable para realizar excursiones embarcadas. Para muchos viajeros, esta época representa la mejor época para ver ballenas en la Patagonia. 

Puerto Madryn: el punto de partida ideal


Ubicada sobre el Golfo Nuevo, Puerto Madryn es la ciudad base por excelencia para quienes viajan con el objetivo de ver ballenas. Su infraestructura hotelera, servicios turísticos y conectividad aérea hacen que sea el centro logístico para explorar tanto Península Valdés como otras áreas de observación marina.


Uno de los sitios más singulares cercanos a Madryn es Playa El Doradillo, a solo 15 kilómetros del centro urbano. Allí, durante los meses de invierno, es posible avistar ballenas desde la costa, sin necesidad de embarcarse. Las ballenas se acercan a escasos metros de la orilla, ofreciendo una experiencia conmovedora y accesible, incluso para quienes viajan con niños o personas con movilidad reducida.



Puerto Pirámides: excursiones embarcadas en su hábitat natural


La localidad de Puerto Pirámides, ubicada dentro del área natural protegida Península Valdés, es el único sitio autorizado para realizar excursiones náuticas de avistaje de ballenas en Argentina. Desde junio hasta diciembre, embarcaciones equipadas con guías especializados parten diariamente para acercarse a las ballenas en su entorno natural.


Las salidas duran entre una hora y media y dos horas, y se realizan tanto en embarcaciones semirrígidas como en catamaranes. Durante el recorrido, es habitual observar saltos, colas y respiraciones de ballenas a escasos metros del barco. Además del espectáculo visual, las empresas operadoras brindan información educativa sobre la biología, comportamiento y estado de conservación de la especie.

1

4

Avistaje de fauna marina en el sur argentino


Además del avistaje de ballenas, la región de Península Valdés y Puerto Madryn ofrece múltiples actividades que permiten profundizar la conexión con la naturaleza y la cultura local. Una opción muy valorada es el snorkel con lobos marinos en Punta Loma, una experiencia segura y regulada en la que los visitantes pueden nadar junto a estas curiosas especies en su hábitat natural. Las excursiones parten desde Puerto Madryn y están a cargo de operadores especializados.


Otra propuesta interesante es el avistaje de aves en los humedales cercanos a la ciudad o en el Área Natural Protegida El Doradillo. La región alberga más de 180 especies de aves, entre las que se destacan flamencos, ostreros y cormoranes. Para quienes disfrutan del turismo fotográfico, los paisajes costeros ofrecen escenarios ideales al amanecer o atardecer, con una luz única y fauna en movimiento.


En tierra firme, los safaris fotográficos por Península Valdés permiten observar guanacos, zorros, maras y choiques, así como visitar sitios clave como Punta Norte o Caleta Valdés, donde es posible ver colonias de elefantes marinos y lobos marinos en su estado más puro.


Para una aproximación cultural, una visita al Ecocentro Puerto Madryn —espacio de divulgación científica, arte y medioambiente— ofrece una mirada profunda sobre la vida marina del Atlántico Sur. Su edificio, ubicado sobre un acantilado con vista al mar, también permite avistar ballenas desde sus terrazas durante la temporada.

Un plan de viaje recomendado


Una visita de cuatro días permite vivir una experiencia completa. El primer día puede dedicarse a explorar Puerto Madryn, visitar el Museo Oceanográfico y disfrutar de su costanera. Al día siguiente, una visita a Playa El Doradillo permite ver ballenas desde la arena durante las primeras horas de la mañana, cuando el mar está más calmo.


El tercer día es ideal para viajar a Puerto Pirámides y realizar una excursión embarcada. Si el clima lo permite, se puede combinar con una visita a los acantilados de Caleta Valdés o a las colonias de lobos marinos en Punta Norte o Punta Loma, para observar más fauna de la zona. El cuarto día, una nueva salida náutica o una caminata por senderos costeros ofrece una despedida inolvidable del ecosistema patagónico.



Experiencias exclusivas para viajeros exigentes


Para quienes buscan una propuesta diferencial, la región también ofrece experiencias premium que combinan naturaleza, confort y personalización. Es posible contratar excursiones privadas de avistaje en embarcaciones exclusivas, ideales para fotógrafos, familias o parejas que deseen un momento más íntimo con la fauna marina.



Algunas operadoras brindan servicios con enfoque científico, acompañados por biólogos que comparten sus investigaciones a bordo. También hay propuestas de glamping dentro de estancias en Península Valdés, que permiten dormir rodeado de naturaleza en carpas de lujo con todas las comodidades. Estas experiencias, pensadas para un público de alto nivel, permiten disfrutar del avistaje con una conexión profunda y personalizada con el entorno patagónico.

Consejos prácticos para el avistaje


Para quienes planean su viaje, se recomienda reservar alojamiento y excursiones con anticipación, especialmente entre septiembre y noviembre, cuando la demanda turística aumenta. Las temperaturas en la región suelen ser bajas, incluso en primavera, por lo que es fundamental llevar ropa de abrigo resistente al viento y al agua. También es conveniente protegerse del sol con gafas y protector solar, ya que la radiación puede ser intensa incluso en días nublados.


Otra recomendación importante es consultar las condiciones meteorológicas antes de embarcarse, ya que las salidas dependen del estado del mar. Todas las excursiones deben realizarse con operadores habilitados, que siguen protocolos para minimizar el impacto ambiental y garantizar la seguridad del visitante. Esto garantiza una experiencia respetuosa y segura para los animales y visitantes.



Cómo llegar a Puerto Madryn desde el extranjero


Para los viajeros internacionales, la puerta de entrada a la región suele ser el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en Buenos Aires. Desde allí, se puede tomar un vuelo doméstico hasta el Aeropuerto de El Tehuelche (Puerto Madryn) o el Aeropuerto de Trelew (a 60 km). Ambas ciudades están conectadas por servicios de transfer, buses o alquiler de autos. 


Las empresas de ómnibus de larga distancia también operan rutas regulares desde Buenos Aires a Puerto Madryn, en un viaje de aproximadamente 20 horas.


Ver a una ballena en su hábitat natural es un momento que queda grabado para siempre. Escuchar su respiración, ver sus crías nadar junto a ellas o presenciar un salto completo en el horizonte son experiencias difíciles de describir. Para los amantes del ecoturismo y la observación de fauna, el avistaje de la ballena franca austral en Argentina es mucho más que una excursión: es un viaje a lo salvaje y a lo emocional.


La Península Valdés, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, no solo alberga a uno de los mamíferos más grandes del planeta, sino que ofrece un entorno natural protegido que permite al visitante conectarse con la naturaleza y la fauna en estado puro.