Día de la Antártida: cómo es viajar al continente blanco según una influencer

Jenny Set Go inició una travesía alucinante por Argentina que terminó llevándola al lugar más remoto de la Tierra: la Antártida. El detrás de escena de un sueño cumplido.

“Esto no es un crucero, es una aventura”. Eso fue lo primero que le dijeron a Jenny cuando decidió emprender viaje al lugar más inhóspito de la Tierra durante 9 días a pura adrenalina. Solamente el 0.01% de las personas se atreven a cruzar las aguas más peligrosas del mundo hasta llegar al séptimo continente, y Jenny es una de ellas. El Paso Drake, también conocido como Mar de Hoces, intimida con olas de más de 10 metros de altura y transforma el periplo en una auténtica hazaña. “¡Cruzarlo no es ninguna broma! Se sintió como una montaña rusa sin parar durante casi 20 horas”, confiesa la influencer. Pero, ¿quién le quita lo ganado? Porque para ella desembarcar en la Antártida fue una experiencia completamente única en la vida, un sueño hecho realidad. 

Jenny creció en California pero actualmente vive en Las Vegas, donde trabaja como agente inmobiliaria, con el único objetivo de ahorrar para recorrer el globo y documentar andanzas como esta en su cuenta de Instagram y en su página web. El corazón la llevó a Buenos Aires para enamorarla con el arte culinario, las calles, la arquitectura y la vibra propia de la capital, pero el verdadero flechazo lo vivió en el polo sur, en el viaje que marcó su vida para siempre. 

Una extensión de 14.000 kilómetros cuadrados. El 98% de la superficie cubierta de hielo. Temperaturas que superaron los -82°. La Antártida es un desierto helado que emociona y cada 22 de febrero se celebra el Día de la Antártida Argentina en conmemoración de la inauguración del Observatorio Meteorológico en la Isla Laurie. Con más pingüinos, ballenas y calamares gigantes que personas, el paisaje es un conjunto de témpanos azules y mucho, pero muchísimo hielo. Toda la escenografía logra transmitir la energía que emanan los glaciares y icebergs de decenas de miles de años que la conforman. “Cuando pisás la Antártida por primera vez y caminás por senderos específicos para no molestar a los pingüinos sentís que todo es irreal. Es difícil encontrar palabras para describirlo, además de verdaderamente extraordinario”, cuenta Jenny.

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El hielo rompiéndose, el agua corriendo y el viento soplando fuerte son los únicos sonidos que se escuchan en aquel terreno incierto, formando una atmósfera surrealista. “Lo mejor para mí fue el tiempo que pasamos en los botes inflables, donde los guías apagaban los motores para tener un momento de silencio. Fue una oportunidad para apagar el teléfono, cerrar los ojos y asimilar la magnitud de lo que estaba viviendo”, expresa.

El barco que la llevó a la puerta de entrada del séptimo continente partió de Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, en un recorrido a puro lujo, gastronomía y comodidad. Para preparar a los pasajeros de la manera correcta, se dan charlas sobre la importancia de respetar la naturaleza y no interferir con las criaturas que habitan el lugar. “Durante todo el viaje aprendí mucho sobre este continente: su vida silvestre, el tratado, los primeros exploradores, cómo cuidar su naturaleza y comportarse alrededor de los animales”, concluye.

¿Qué consejos daría a quienes añoran conocer este destino? Ir bien abrigados, porque la temperatura es increíblemente baja, dejarse absorber por la magia que caracteriza a esta gigantesca masa de hielo milenaria, llevar pastillas para el mareo (recordemos que el Paso Drake no es muy amigable a bordo) y coordinar con un grupo grande de gente para terminar de completar la experiencia y conocer personas de todo el mundo en el proceso. 

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