Boca-River: 5 cosas que pasan en el superclásico más apasionante

El 3 de octubre volvieron los hinchas a la cancha y en esta nota aprovechamos para homenajear su indiscutible folclore.

El sabor del choripán fuera de la cancha, la emoción de miles de hinchas, el grito de barrios enteros y muchas cosas más que solo suceden en esta parte del hemisferio cuando se enfrenta la rivalidad deportiva más famosa del planeta.

No hace falta aclarar que el fútbol es uno de los grandes amores de Argentina. Por eso, con la noticia de que el público volvería a las canchas el próximo 3 de octubre, también volvió a galopar el corazón de más de uno, con solo imaginar la sensación de pisar un estadio de nuevo. La adrenalina, el sentimiento, los cantos, los abrazos. Nada se compara a eso que se vive durante los 90 minutos que dura un juego. Porque en el país del sur, los resultados de un partido definen el humor del pueblo. Forma parte de su ADN más profundo. Acá Messi y Maradona son dioses y un duelo de balón entretiene a millones. Para los argentinos, la pelota es mágica, porque les recuerda que en ese momento lo que los une es una emoción inquebrantable.

Por supuesto, la ecuación se potencia si a toda esta alegría se le suma el condimento de presenciar la competencia entre una de las enemistades más icónicas del mundo deportivo. Es que un Boca-River excede a sus fanáticos nacionales. Es un momento que se espera todo el año. Es tendencia en Twitter antes, durante y después del encuentro. Es la máxima expresión del fútbol argentino y un imperdible en el mundo entero. Y después de mucho esperar, el próximo 3 de octubre, River recibirá a Boca en el Monumental con un 50% de aforo en el estadio. Así que, para celebrar la tribuna, qué mejor que recordar 5 cosas que solo pasan en suelo porteño:

1. Verlo en un bar es casi como ser parte del campo de juego

Pensá en un Real Madrid vs Barcelona, un Flamengo vs Fluminense, un Liverpool vs Manchester United. Bueno, ahora multiplicalo por mil. ¿El resultado? Boca vs. River. Tan solo uno de los 50 espectáculos deportivos que hay que ver antes de morir según The Observer. Un cruce futbolero que se espera a lo largo y ancho del globo. Un duelo que tensiona, divide y conecta, todo al mismo tiempo.

Y si así le importa al mundo, imaginate a Argentina. Por supuesto, las calles y los bares se tiñen de colores y expectativas. Hay camisetas colgadas (algunas encuadradas), locaciones temáticas y una clara afición por el balón. Sobran los puntos de encuentro que prenden sus televisores y entretienen a una audiencia ilusionada. Giran las cervezas, las picadas y jamás faltan los festejos. Durante algo menos de dos horas, los bares y cafés se inundan de hinchas apasionados que disfrutan de uno de los momentos más importantes del fútbol nacional. 

De hecho - fiel a sus tradiciones - muchos argentinos que andan por tierras extranjeras, salen en busca de bares para sacarse la sed de ver a sus ídolos en pleno juego.

 

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2. El chori antes del partido

Si de Argentina se trata, siempre habrá comida involucrada. Es que el país del asado, las empanadas y el dulce de leche se toma muy en serio sus rituales gastronómicos. Así que para ver una de las rivalidades más épicas de la nación, hay que saber maridarla con un chori de cancha. Sí, de cancha. Porque ahí tiene un sabor distinto. Mejor. Será que se come con amigos y con la esperanza de ganar intacta. Por eso, casi como un desfile de sabores, se congregan algunos de los puestitos callejeros más ricos de Buenos Aires. Y si no se llega a degustar antes, el clásico se mantiene visitando alguna parrilla cercana. ¿Asado y fútbol un solo corazón? Asado y fútbol un solo corazón. 

Dato: en el 2021 el chori se transformó en uno de los mejores 5 sándwiches del mundo según el portal británico The Taste Atlas. Estadísticas a favor de este plan, sobran. ¿Infaltable? El chimichurri, una salsita insuperable de oliva, vinagre, perejil, pimentón, orégano, ají molido, ajo y cebolla. 

3. Llorar por los resultados

No se puede esperar menos de un encuentro que contagia hasta al menos futbolero. En la Bombonera, en el Monumental o en Madrid; el país estará siempre pendiente de los resultados del superclásico. Y como en toda historia, habrá vencedores y derrotados. ¿Llanto? Y sí, en ambos equipos. Porque la emoción invade los cuerpos de los argentinos. Calienta sus corazones y - según el desenlace - rompe algunas ilusiones. Es que un Boca-River no se asemeja a ningún otro partido. Hasta el diario inglés The Observer lo catalogó como la experiencia deportiva más intensa del mundo y si hablamos de intensidad, los ojos vidriosos no van a faltar. 

4. Gritos de festejo en todos los barrios

Nadie le escapa a un Boca-River, aun cuando no lo esté viendo. Es que cuando el superclásico está al aire, barrios enteros festejan o insultan el punto ganado. El famoso grito de gol inunda las calles de la capital, la gente sale a los balcones, las bocinas de los autos suenan melódicas con excitación y los llantos o abrazos no tardan en llegar. Este juego es pasión de multitudes y su festejo sincronizado está para comprobarlo. Por 90 minutos se frena el país para disfrutar de una de sus grandes amores. 

5. Cantos de miles de hinchas al unísono

Los hinchas son tan parte del superclásico como los jugadores que tocan la pelota. De ahí la importancia de la reapertura de la tribuna. Porque un partido no es lo mismo sin los famosos cánticos de los fanáticos. Es que si de base el duelo es emocionante, escuchar en simultáneo a cientos de locales vibrar en una sola melodía solo hace que la energía de estar en el estadio se sienta aún más. Juntos y al mismo tiempo entonan el himno de su equipo en cuestión. Gritos de aliento que llegan al corazón de cada uno de los jugadores.

Y sí, no vamos a negar que en el resto del mundo también sucede. Pero nada se le compara a la elocuencia argentina. Tanto así, que hasta equipos europeos han tomado nuestras canciones desde el otro lado del charco. 

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