5 joyas arquitectónicas de Buenos Aires que no podés dejar de conocer

Iglesias imponentes, arquitectos reconocidos, y maravillas escondidas conforman recorridos artísticos que no muchos conocen.

Recorrer la Provincia de Buenos Aires es dejarse sorprender por la pluralidad de paisajes, la riqueza de la cultura y las incontables oportunidades que un roadtrip por sus rutas ofrece. Si el bicho viajero pica por un itinerario artístico, las opciones son muchas. Empezando por la arquitectura. La impronta de reconocidos arquitectos que dejaron su huella, iglesias de gran importancia religiosa y estilos, formas y materiales excepcionales conforman una razón más para emprender un viaje por los destinos bonaerenses. 

1. Basílica de Luján

A aproximadamente una hora desde la Ciudad de Buenos Aires se encuentra Luján, uno de los centros de peregrinación religiosos más importantes del país. Y no es de extrañar que su Basílica esté a la altura de semejante título. Su construcción comenzó en 1887 y luego de 48 años, culminó en un emblema arquitectónico de estilo neogótico ojival. Sus dos imponentes torres aguja - de más de 100 metros de altura - son las protagonistas indiscutidas de esta obra de arte. Dentro se encuentra la imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina. 

Además de una obvia visita al ícono de la ciudad, recorrer su casco histórico también debe incluir paradas por la Plaza Colón y el Complejo Museográfico, sede del pintoresco Cabildo de la ciudad.

2. Catedral de La Plata

Con capacidad para siete mil personas, este gigante de ladrillo es una de las Catedrales más grandes del mundo y goza de relevancia a nivel internacional. Es ni más ni menos que el mayor templo neogótico de América del Sur y está a solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires en auto, y dos horas si elegís el transporte público. Aunque esto ya es razón suficiente para querer conocerla, su belleza es otro gran motivo: vitrales, tonos rojizos, ladrillo a la vista y dos torres de 112 metros de altura hacen a una postal fotografiable y extraordinaria.

¿Qué más hacer en la conocida “ciudad de las diagonales”? El Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha, La República de los Niños para ir con los más chicos, la Universidad Nacional de La Plata, El Paseo del Bosque "René G. Favaloro", y la Casa Curutchet - desarrollada a continuación por su inmensa riqueza arquitectónica - son algunos de los destacados. 

 

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3. Casa Curutchet, La Plata

Le Corbusier, uno de los mayores exponentes de la arquitectura moderna, eligió a Argentina para dejar su inconfundible huella. Todas sus obras fueron declaradas Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO, y esta no fue la excepción: la Casa Curutchet sobresale entre los edificios y hogares de la ciudad de La Plata. Antes, vivienda encargada por el doctor Curutchet al emblemático arquitecto. Hoy, sede de las oficinas del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires y parada obligada para los viajeros que valoran este arte. Con formas, materiales y estructuras innovadoras para su época, la construcción se convirtió sin escalas en un ícono de la arquitectura vanguardista y un imperdible bonaerense.

4. Obras de Salamone

Existen más de 60 construcciones de Francisco Salamone - arquitecto ítalo-argentino - escondidas en la provincia de Buenos Aires. Sus formas son variadas: diseñó desde cementerios hasta palacios municipales, escuelas, plazas y mataderos. Lo que se mantiene es su peculiar estilo, donde juega con la simetría, la altura de las torres y el uso de hormigón. ¿El resultado? Estructuras futuristas de estilo art decó con una impronta más que original, todas declaradas Patrimonio Cultural de la provincia de Buenos Aires. Quedó claro: conocer su marca es adentrarse en un universo arquitectónico único. 

Un recorrido por las edificaciones más importantes comienza en la Municipalidad de Adolfo Alsina (nombrado Monumento Histórico Nacional), y a 15 minutos el ex Matadero modelo de Epecuén que continúa siendo uno de los más emblemáticos por su imponente torre. A 62 km, el itinerario continúa en Guaminí con el Matadero Municipal (difícil confundirlo: tiene una torre con forma de cuchilla), y la impoluta geometría del Palacio Municipal.

Otra localidad para conocer el legado de Salamone es la de Laprida, considerada el corazón de su obra. La Plaza Pereyra, la Municipalidad y el cementerio son algunas de las paradas más importantes, siendo este último el principal: su cruz es considerada la segunda más alta de Sudamérica.

Otra magnífica evidencia de la originalidad de Salamone es el portal del Cementerio de Saldungaray. Esta vez con forma circular, 23 metros de alto y una gran cruz en el centro. A una hora en auto de aquella parada, otra relevante: la Municipalidad de Coronel Pringles cuya torre se convirtió en un símbolo local. 

Por último, un roadtrip por Azul y Rauch da la bienvenida a, quizás, las obras mejor conservadas del artista. La fachada del Cementerio de Azul es una de las más celebradas: con 21 metros de altura tiene una sobresaliente inscripción de RIP y una escultura del ángel de la muerte. Por su lado, la joyita de Rauch es el Palacio Municipal que responde a su firme marca geométrica y de influencia art decó. 

5. Casa sobre el Arroyo, Mar del Plata

Entre árboles y atravesando el agua de un pequeño arroyo, esta casa con la forma de un puente se ganó un lugar entre los emblemas arquitectónicos del siglo XX. Fue diseñada por el argentino Amancio Williams para su padre y, entre sus múltiples virtudes, se destacan la perfecta geometría, el buen uso del hormigón y, sobre todo, la capacidad de construir en armonía con la topografía de la naturaleza. Un auténtico símbolo del Movimiento Moderno argentino.

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