Girasoles, jacarandás y rosas: guía para encontrar las 8 flores más lindas de Argentina
Desde la flor nacional - el ceibo - hasta los famosos jacarandás, los lupinos en la Patagonia, los tulipanes en Trevelin, los girasoles en la provincia de Buenos Aires o las rosas del Rosedal de Palermo. Argentina, como buen destino de naturaleza, estalla de color con el florecimiento de sus especies más lindas. En esta nota, cuándo y dónde encontrarlas en el país.
Leyendas indígenas. Aromas que hechizan. Colores que hipnotizan. Las flores de Argentina encierran en sus tallos y hojas los secretos de la tierra, la fuerza de la naturaleza y el poder de la lluvia y el sol. Cada una es única, las hay de todos los tipos, formas y tonalidades. Leé hasta el final para descubrir algunas de las más bellas del país:
1) El Ceibo
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná vivía Anahí, una indiecita que deleitaba a su tribu guaraní con su mágico canto. Pero un día llegaron los invasores y la condenaron a morir en la hoguera. La magia del cuento sucedía a medida que el fuego iba creciendo, porque Anahí se convertía en un majestuoso árbol cubierto por flores de color rojo pasión. Así es como surge el ceibo según las tradiciones más antiguas de Argentina.
Puede ser que por esa razón la flor nacional elija crecer en el Litoral, entre las riberas del Paraná y del Río de la Plata, aunque también se la puede encontrar en zonas cálidas próximas a ríos, lagos y húmedos pantanos. Y, gracias a sus llamativos pétalos y a que su tronco no tiene raíces destructivas, es perfecta para cultivar en cualquier parte, por lo que es muy común apreciarla en diferentes plazas de norte a sur entre los meses de octubre a abril, que es cuando crece en todo su esplendor.
2) Jacarandá
Entre el verde intenso de las yungas del norte se destaca un precioso árbol indígena con flores lilas, celestes o hasta de un azul violáceo único. Se trata del jacarandá, que a finales del siglo XIX fue especialmente traído de su hábitat natural a la capital por su inconmensurable belleza, para adornar las calles y avenidas porteñas.
Desde ese momento, se convirtió en mucho más que una flor. Hoy en día es un símbolo de la historia y la cultura del país. A tal punto que la icónica escritora argentina María Elena Walsh le dedicó una canción, y desde el 2015 fue declarado árbol distintivo de la Ciudad. Turistas de todas partes del mundo viajan especialmente en noviembre, época donde brota su aterciopelada flor, para ser seducidos por sus colores mágicos.
3) Lupinos
De origen exótico, los lupinos marcan el inicio de la primavera en el sur argentino, tiñendo de rosa, púrpura y azul el magnífico paisaje. Ya sea recorriendo la mítica Ruta de los 7 Lagos - el spot ideal - o admirando la Cordillera de los Andes con sus picos nevados, esta flor silvestre de curioso aspecto crece en cada rincón de la Patagonia.
Estas leguminosas no son solo apreciadas por su distintiva lindeza, sino que además cuentan con altas propiedades nutritivas en la alimentación. Sus capacidades antioxidantes son ideales para regular los niveles de colesterol y prevenir enfermedades del corazón. Y, aunque todavía se sigue investigando su potencial, mientras tanto es posible cautivarse con la función de colores que ofrece cada año.
4) Tulipanes
Llega octubre y los tulipanes pintan el extenso territorio patagónico con los colores del arcoíris. Esta alfombra multicolor al pie del imponente cerro Gorsedd y Cwmwl se encuentra en la localidad de Trevelin, provincia de Chubut, en el famoso Campo de Tulipanes de la familia Ledesma.
Cada año, esta familia abre las puertas de su emblemática chacra del 1 de octubre al 6 de noviembre. ¿El motivo? Es exclusivamente en esa época cuando afloran estos pimpollos que estallan en mil tonalidades, para que locales y turistas sean testigos de este espectáculo único que ofrece la Patagonia argentina.
Las visitas pueden ser tanto de día como de noche. Brille el sol o alumbre la luna, y con las montañas nevadas de fondo, los tulipanes forman una postal invaluable, digna de colgar en un cuadro. Y, después de recorrer cada rincón de la tierra perfumada, es posible deleitarse con los manjares galesas que ofrece la confitería del lugar, o asombrarse con las maravillas regionales en la feria de artesanos.
5) Girasoles
De camino a la costa, atravesando las sinuosas rutas bonaerenses o pasando por diferentes regiones agrícolas del país, miles de prominentes flores bailan obedientes siguiendo la luz del sol, ofreciendo en los campos argentinos un show amarillo sin comparación.
El girasol empieza a florecer en primavera, pero es en el verano cuando alcanza su máximo fulgor. Aunque parezca increíble, pueden llegar a medir hasta tres metros de altura aproximadamente, mucho más que una persona promedio. En otoño se termina su ciclo de floración, el momento de realizar la tan esperada cosecha.
Esta flor, símbolo de la prosperidad y la felicidad, es muy importante en la provincia de Buenos Aires. Tanto es así que hasta es dueña de su propia fiesta nacional. Todos los años durante el mes de febrero tiene lugar esta celebración en la localidad de Carlos Casares, al oeste de la provincia. El objetivo es homenajear a los trabajadores del campo por su esfuerzo.
6) Rosas
Reconocido con el premio internacional “Garden Excellence Award”, el Rosedal de Palermo es el hogar de más noventa especies diferentes de magníficas rosas creciendo dentro de un jardín diseñado por el paisajista Benito Carrasco. Un pulmón verde de ensueño en el centro de la ciudad porteña.
Rodeado por un lago artificial tranquilo y senderos perfumados, con un patio andaluz impresionante, un anfiteatro, el famoso puente blanco y esculturas y monumentos de gran valor. Pocos espectáculos en el mundo valen tanto la pena como recorrer este parque, ya sea caminando o en bicicleta, y presenciar el florecimiento de los rosales de múltiples tonos.
7) Lavanda
Una de las flores más utilizadas para elaborar exquisitos perfumes, aceites esenciales y medicinas. Sus propiedades son infinitas, pero la más conocida es su potente efecto relajante, que calma el estrés y la ansiedad. El color vibrante y su intenso aroma atrae a todo aquel que pasa por los cultivos de esta planta que simboliza la frescura, la pureza, el silencio y la calma.
Aunque se halla a lo largo y ancho del país, una de las plantaciones más grandes se encuentra abierta al público entre el aire puro de La Cumbre, en la provincia de Córdoba. Es ideal recorrerla durante los meses de verano (de diciembre a marzo), cuando las lavandas están totalmente florecidas.
8) Peonías
Sofisticada, exclusiva y fina. La más esperada por floristas. La favorita por excelencia de las novias para caminar al altar el día de su boda y lograr ambientaciones elegantes. La elegida para adornar hogares por su larga duración en floreros. Esta atractiva flor se caracteriza por presentar infinita cantidad de pétalos, que pueden ser de color rosa, fucsia, violeta, blancos o mixtos.
Aflora en primavera, pero solo está disponible durante un mes después de la cosecha, que tiene lugar desde finales de octubre hasta fines de noviembre. La peculiaridad es que hay que hacerlo a mano, tallo por tallo, y la planta puede tardar entre dos y cinco años en florecer, lo que convierte a esta joya floral en una de las más caras del planeta. Es por eso que en Argentina hay muy pocos cultivos, distribuidos entre la provincia de Buenos Aires y la Patagonia.